Sus gritos no se escucharon
Sus llantos no hallaron consuelos
Su boca se secó
Su voz se quebró
Su corazón se marchitó
Se dió cuenta que estaba solo
Y que había sido olvidado
Nitsuga
Nitsuga
y nosotros tan humanos corroídos miserables risueños desentendidos andrajosos superfluamente alegres tiritantes comodamente cagados de miedo pensamos que sabemos muchas cosas, y sabés qué ...
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